Hay luz al final del túnel

Este año volvemos a cruzarnos en el camino. Espero conduciros a buen puerto y que veáis, como dijo uno de vosotros en clase, "la luz al final del túnel". Deseo de todo corazón que, en unos años, seáis aquello que queréis ser hoy, porque no hay nada más bonito ni más especial que dedicarse a aquello que a uno le gusta; os lo digo por experiencia.
Seguro que pensaréis que lo que nos importa a los profesores de Lengua es si analizáis bien todos las oraciones compuestas, que no cometáis faltas de ortografía y que escribáis textos con coherencia, cohesión y adecuación. Desde luego, no voy a negar que nos importa, pero lo que realmente nos interesa es que acabéis el Bachillerato siendo buenas personas, con importantes hábitos y valores adquiridos, siendo unos ciudadanos y ciudadanas íntegros y con capacidad crítica y de discernimiento.  De este modo, cuando finalmente llegue el día de vuestra graduación -que ya veréis como llega- celebraremos juntos que lo habéis logrado. Ese día suele ser uno de los más emotivos tanto para alumnos como para profesores, pues aunque no seáis conscientes de ello -creéis que los profesores somos el enemigo a batir- eso es lo que da sentido a nuestra labor como docentes y lo que nos hace sentirnos útiles para la sociedad.